La Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala multiplica su extensión por dos

Ibón helado en la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala. (Foto: prensa DGA)
Después de la mala noticia del lunes pasado, en la que os contaba que el Estado español había dejado de invertir dinero en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido este año, en este post que escribo para conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), os voy a dar una excelente: la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala incrementa su extensión en algo más del 100 %, pasa de 51.396 a 117.364 hectáreas. La ampliación ha sido aprobada por el Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la UNESCO... ¿es o no es una noticia co-jo-nu-da?
Es, permitidme el entusiasmo, absolutamente fantástico que los municipios de Broto, Tella-Sin, Puértolas y Bielsa se hayan incorporado VOLUNTARIAMENTE a la reserva. En estos tiempos que corren, en los que por ejemplo los amigos de la laguna del Cañizar en Teruel están pasándolas "canutas" por la oposición cerrada de la población local al mantenimiento de ese espacio natural (sin muchos argumentos, por pura cabezonería...), es muy gratificante que en otras zonas de Aragón ya se hayan dado cuenta de que el futuro es la defensa de la Naturaleza.
La Reserva de Ordesa-Viñamala se creó en 1977 y en las 51.396 hectáreas que la constituian hasta la fecha están los municipios de Biescas, Fanlo, Hoz de Jaca, Panticosa, Sallent de Gállego, Torla y Yésero. Como es natural su núcleo y zona más importante es el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido. Tras la ampliación, además de esta área de inigualable riqueza medioambiental, quedan dentro de sus límites los núcleos de población más importantes de los valles de Tena y del Alto Ara, que apuestan de forma definitiva por el desarrollo sostenible. ¡Sigo entusiasmado! ¿Vosotros no?
Estamos ante una de las mejores representaciones de los ecosistemas de montaña del Pirineo, y en concreto de los sistemas naturales ligados a la erosión y el glaciarismo, y extensas formaciones vegetales de especial valor. Así mismo, alberga especies de flora y fauna singulares, muchas de ellas amenazadas, cuya conservación es fundamental para el mantenimiento de la diversidad biológica.
Entre los paisajes destacan los propios de alta montaña, con glaciares y formaciones provocadas por la erosión glaciar, bosques mixtos caducifolios, pinares de pino negro, abetales, pastos de alta montaña, etc., y especies animales como el quebrantahuesos, el sarrio, el desmán de los Pirineos, la perdiz nival, el urogallo o el pito negro. Entre las especies vegetales están árboles como el pino negro, el abeto blanco, el tejo o el abedul. Y en cuanto a las flores, algunas tan características de los paisajes alpinos como el edelweiss, o el zapatito de reina.
Ahora, a disfrutar de la ampliación de esta reserva de la biosfera (este verano que ya se nos echa encima puede ser la oportunidad perfecta...) y a esperar a que vengan más, como la Sierra de la Carrodilla y Valles del Ésera, Cinca y Noguera Ribagorzana, a la que todo parece indicar que le queda bien poco para recibir el título. ¡Buen Día Mundial del Medio Ambiente, amigos!
Termino este post con una foto de la ermita de Fajanillas, en Tella, tomada por mi amigo José Ricardo Gracia. Ahora forma parte de la Reserva de la Biosfera de Ordesa-Viñamala. (Foto: José Ricardo Gracia. Esparbel.es)
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