La vertiente sur del Pirineo ha perdido tres cuartas partes de su superficie glaciar

Vista aérea del glaciar de La Maladeta. (Foto: Confederación Hidrográfica del Ebro)

160 hectáreas es lo que queda de superficie glaciar en la vertiente sur del Pirineo; eso significa que en las últimas tres décadas y media esos glaciares han perdido un 75 por ciento de su extensión. ¿Cómo se te queda el cuerpo?
Años de menos precipitaciones en forma de nieve, menos frío en invierno y más calor en verano han reducido a los glaciares de Balaitús o Moros, Infierno, Vignemale o Comachibosa, Monte Perdido o Tres Serols, La Munia, Posets o Llardana, Perdiguero-Cabrioules y Maladeta-Aneto a su mínima expresión. Los últimos dos años han sido especialmente cálidos y la situación se ha acentuado. Mucho me temo que en unos pocos años, con la previsiones que está manejando la comunidad científica mundial acerca de subida de temperaturas y cambio climático, los habremos perdido completamente. No son cosas mías, lamentablemente: los datos climáticos y geográficos aportados al Gobierno de Aragón, la Confederación Hidrográfica del Ebro, Instituto Pirenaico de Ecología y las universidades de Zaragoza, Jaén y País Vasco, entre otros, en el marco de la última reunión del Patronato del Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos, este mes de febrero, no dejan lugar a duda de la desaparición paulatina del hielo glacial en el Pirineo.
2015, 2014 y 2011 han sido los tres años más cálidos de la serie histórica de referencia desde que la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) tiene registros. En 2014 la estación Aneto 3050 registró temperaturas superiores a la media durante once meses. Estremecedor...

El glaciar de La Maladeta, en la UCI

El programa de Evaluación de los Recursos Hídricos procedentes de la Innivación (ERHIN ) que desarrolla el Ministerio de Agricultura a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro ha llevado a cabo un seguimiento detallado del glaciar de La Maladeta y de la evolución de las reservas de nieve en los Pirineos en general y en sus glaciares en particular.
ERHIN ha monitorizado el glaciar de La Maladeta desde los años 90 y, según los datos recogidos durante estas décadas, el glaciar ha perdido un 53 por ciento de su superficie desde 1991. Lo más preocupante es que el proceso de deshielo se ha acelerado durante los últimos cinco años, periodo en el que se han acumulado el 15 por ciento de las pérdidas de hielo. También el espesor del glaciar se ha reducido drásticamente: en el periodo 2014-2015 ha perdido 2 metros de grosor.

Otros glaciares ya solo son un recuerdo

Debido al calentamiento natural de la Tierra, ya se había perdido la mitad de la superficie de los glaciares de la vertiente sur del Pirineo entre la Pequeña Edad del Hielo de mediados del siglo XIX y el año 1980. Pero desde ese momento hasta la actualidad el proceso se ha desmadrado por completo, perdiéndose un 75 por ciento de la superficie glaciar.
En comparación con los Alpes, más elevados y más al norte, los Pirineos son mucho más sensibles al calentamiento global: en la cordillera del centro de Europa la pérdida ha sido "solo" del 40 por ciento. Los Pirineos están en una situación muy grave, porque el cambio climático va a influir de forma dramática sobre todos sus ecosistemas. De hecho, está afectando ya a la cubierta vegetal y a numerosas especies que dependen del clima frío invernal para desarrollar su ciclo vital, como es el caso de la perdiz nival, cuyos hábitos alimenticios están gravemente amenazados por la subida general de las temperaturas, o los osos, que no están hibernado este año (son osos de la Cordillera Cantábrica, pero seguro que en el Pirineo está pasando lo mismo).
La disminución de ls superficie helada es alarmante: en el glaciar de La Paúl en Posets ha desaparecido en estos últimos 35 años el 75 por ciento del hielo, en el de Aneto la pérdida ha sido del 54 por ciento y en el Monte Perdido un 24 por ciento, pero con una muy notable reducción en volumen y espesor.
En las últimas décadas han desaparecido glaciares que estaban catalogados o cartografiados hasta las décadas de 1970-80, los más importantes los glaciares y heleros de las vertientes meridionales de Balaitús, Vignemale y Perdiguero-Cabrioules, Cregüeña, Llosás o Coronas.
En el año 1990, los glaciares pirenaicos fueron protegidos como “Monumento Natural” por parte del Gobierno de Aragón, pero de poco ha servido lamentablemente. En la actualidad ya sólo nos quedan 8 heleros y 10 glaciares que alcanzan una extensión total de 160,4 hectáreas.

Glaciar del Aneto desde el Forau de Aigualluts, en octubre de 2015.

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