Invernada en la laguna de Gallocanta

Grullas sobrevolando la Laguna de Gallocanta. (Foto: Gobierno de Aragón)


Uno de los mayores puntos de interés de los amantes de la naturaleza en Aragón es la Laguna de Gallocanta. Situada a caballo entre las provincias de Zaragoza y Teruel, de las comarcas de Campo de Daroca y Jiloca, es el mayor humedal de agua salada de toda la Península y el mejor conservado de Europa Occidental. Son 6.720 ha de zona de protección de seis municipios diferentes (Barrueco, Bello, Gallocanta, Las Cuerlas, Santed y Tornos).

Es interesante seguir cómo evolucionan los censos de grullas cada año, con los picos de mayor cantidad de animales en el humedal en los periodos de los pasos prenupcial y postnupcial, cuando estas aves se dirigen a sus lugares de veraneo o de invernada, respectivamente. Hablamos de más de 30.000 grullas en febrero y en diciembre e incluso de más de 40.000 en alguna ocasión (los censos desde la temporada 2005/2006 se pueden consultar en la web del Gobierno de Aragón), con algunos picos excepcionales como el de la invernada de 2013 a 2014 o el del paso prenupcial de 2013. También ha habido momentos muy complicados para el humedal, como la sequía de 2017, que la dejó prácticamente seca.

Este año, en el paso postnupcial, el último dato disponible al publicar este post indica que el día 16 de diciembre se contabilizaron en la laguna un total de 31.684 grullas, el máximo por el momento de esta temporada.

No solo grullas en la Laguna de Gallocanta

La moda de hablar de las grullas y el atractivo que tienen esas aves, eclipsa a todas las demás de las que podemos disfrutar, con paciencia y unos prismáticos, en la Laguna de Gallocanta: aguilucho lagunero, ánade priso, ansar común, avefría, avoceta, avutarda, cigüeña, chorlitejo patinegro, focha común, gaviota reidora, ortega, pagaza piconegra, pato colorado, porrón común, tarro blanco y zampullín cuellinegro (según se indica en la web Humedales de Aragón).

Es decir, que no solo puedes ir a ver la laguna cuando pasan las grullas, en otoño o a finales de invierno, sino que merece la pena que vayas a contemplar este excepcional paraje natural en cualquier momento del año. Eso sí, si vas en verano ve preparado con sombrero y agua, que encontrarás poca sombra...