Zaragoza “la Chica”, un ejemplo a seguir por Zaragoza

 

Vista de Urriés. (Foto: Fernando López en Flickr)

Zaragoza “la Chica”, un ejemplo a seguir por Zaragoza

Zaragoza “la Chica” es el sobrenombre de Urriés, un pueblo con medio centenar de habitantes en las Altas Cinco Villas que acaba de poner en marcha un pequeño parque fotovoltaico que provee de energía eléctrica al pueblo para todos sus servicios comunes y a los vecinos… gratuitamente.

Leí la noticia el otro día en la web de El Español, el medio de comunicación que está dirigiendo actualmente Pedro J. Ramírez (sí, el primer director de El Mundo). No me pilló de sorpresa, porque sabía del proyecto de primera mano: tengo la suerte de conocer Urriés y a su alcalde, Armando Soria, un tipo que no te deja indiferente por sus ganas de trabajar por su pueblo de adopción y su capacidad para imaginar cosas nuevas que han hecho que la población de Urriés se haya doblado desde que sus vecinos lo eligieron por primera vez en 2015.

Armando es de Zaragoza y “aterrizó” en Urriés un poco como agostero en 2008. Pero ahora vive en cuerpo y alma para esta preciosa localidad del Prepirineo y ha conseguido poner en marcha (y mantener, que eso es todavía más complicado en la España rural) varios proyectos que han puesto al pueblo en el mapa de España, como el Congreso de Periodismo y Repoblación, que ha celebrado ya cuatro ediciones y va a por la quinta. Si queréis saber más de Urriés, no dejéis de seguir el blog donde se van relatando sus avatares, que lo vais a flipar, os lo aseguro.

¿Por qué digo que Zaragoza “la Chica” es un ejemplo a seguir por Zaragoza “capital”?

Zaragoza “capital” debería fijarse en lo que está pasando en Urriés. Mientras en Zaragoza nos liamos la manta a la cabeza plantando árboles y se nos llena la boca con eso de “El bosque de los zaragozanos” (que no digo que sea una mala idea, ojo), tenemos muerta de risa una obra hidráulica que en su día se diseñó para producir energía hidroeléctrica para la ciudad: el azud del Ebro.

Cuando se inauguró como obra de acompañamiento de la Expo 2008 ya tendría que haber tenido una turbina, proyecto que se quedó en nada con la llegada de la crisis del ladrillo. Pero es que en 2014 volvieron a marear la perdiz con la instalación de un sistema de producción de energía eléctrica “pionero”, decía la noticia, que ha vuelto a quedar en nada.

Creo que el Ayuntamiento de Zaragoza, al precio que va “la luz”, debería plantearse invertir en esta instalación, que actualmente solo es una barrera de hormigón para el río, y ponerla en funcionamiento como productora de electricidad y abaratar la factura de la luz de los zaragozanos y zaragozanas. Hasta, fijaos qué idea más loca, poner placas solares en los tejados de todas las instalaciones municipales, anda que no hay hectáreas disponibles. No es una quimera, en otras ciudades como Barcelona ya se hace en diversas zonas. Pero, claro, esto de Barcelona es cosa de independentistas rojos y perroflautas, no de gente de orden y patriotas… (entiéndase la ironía).

No hay dineros en Zaragoza para construir una segunda línea de tranvía, medio de transporte no contaminante y de alta capacidad, o una central hidroeléctrica en el azud del Ebro, que podría hacer que los habitantes de Zaragoza pagasen menos en su factura de la luz. Es mucho mejor para la ciudad construir un estadio de fútbol y rezar a la Virgen del Pilar para que nos traiga una final de la Champions una vez cada 30 o 40 años y seis partidos de la fase de grupos de un Mundial, si se lo dan a España, claro. Para darle circo a la masa, como en Cesaraugusta, hay dineros de sobra. ¿A que sí?